Las imágenes de Docker se organizan en capas de sistema de archivos, cada una de las cuales representa una instrucción en el Dockerfile de la imagen. Estas capas se apilan ordenadamente en la forma en que se especifican en el Dockerfile. Cuando se construye una imagen Docker, cada instrucción crea una nueva capa en la imagen.
La primera capa es generalmente una imagen base, que es una imagen ya preconstruida que se ha seleccionado debido a su configuración particular o por ser ligera. Encima de esta capa base, se apilan más capas, cada una de las cuales representa un cambio en el sistema de archivos, como la instalación de software o bibliotecas, la configuración de entornos o la creación de carpetas, por ejemplo.
Finalmente, cuando se ejecuta un contenedor a partir de una imagen, Docker añade una capa adicional encima de estas, que es una capa de escritura. Todas las modificaciones que se hagan al sistema de archivos a nivel del contenedor (por ejemplo, la creación o modificación de archivos) se realizan en esa capa superior.
Cada una de estas capas se almacena de manera diferencial, es decir, Docker sólo almacena la diferencia entre una capa y la siguiente, lo cual permite un uso eficiente de espacio en disco. Además, estas capas son de solo lectura, excepto la capa superior de escritura en un contenedor en ejecución. Esto permite compartir capas entre imágenes y contenedores, lo que mejora el rendimiento y reduce el espacio de almacenamiento requerido.
Para comprender todas las capas de una imagen Docker, se puede usar el comando `docker history
