Docker y Kubernetes son dos tecnologías populares que se utilizan en el desarrollo y despliegue de aplicaciones, pero cumplen con roles diferentes.
1) Docker: Docker es una plataforma que permite a los desarrolladores empaquetar aplicaciones y sus dependencias en un contenedor virtual. Esto permite que la aplicación se ejecute en cualquier sistema que tenga Docker instalado, independientemente del sistema operativo y la configuración del sistema subyacente. Esto facilita el despliegue y la escalabilidad ya que los contenedores pueden iniciarse o detenerse rápidamente y usar menos recursos que las máquinas virtuales tradicionales.
2) Kubernetes: Por otro lado, Kubernetes es un sistema de código abierto para la automatización del despliegue, ajuste de escala y manejo de aplicaciones en contenedores. Digamos que tienes decenas de contenedores Docker que necesitas coordinar, administrar y organizar, ahí es donde entrará Kubernetes. Proporciona un marco para ejecutar de manera distribuida sistemas de contenedores resilientes a fallos en infraestructuras de hardware.
En resumen, Docker es excelente para manejar el ciclo de vida de un contenedor individual, mientras que Kubernetes es ideal para administrar un clúster de contenedores. Ambas tecnologías son complementarias y se utilizan frecuentemente juntas para desplegar aplicaciones en un entorno de microservicios.