1. Tiempo de ejecución: FaaS está diseñado para ejecutar funciones pequeñas y cortas, por lo que su tiempo de ejecución no es adecuado para tareas complejas que requieren procesamiento prolongado.
2. Escalamiento: aunque la escalabilidad es una de las características principales de FaaS, puede haber limitaciones en el número de instancias que se pueden crear durante picos de tráfico.
3. Limitaciones de memoria: el aislamiento de la memoria en FaaS puede limitar la cantidad de recursos disponibles para una función, lo que puede afectar su capacidad para procesar grandes conjuntos de datos.
4. Compatibilidad de lenguaje de programación: no todos los lenguajes de programación son compatibles con FaaS, lo que puede limitar la elección de herramientas de desarrollo y la adopción por parte de equipos de desarrollo.
Descripción técnica del proceso:
Cuando se utiliza FaaS, el usuario escribe una función de código que realiza una tarea específica. Al subir esa función a un proveedor de FaaS, el usuario puede configurar cuándo desea que se ejecute la función en función de eventos, como una solicitud HTTP.
El proveedor FaaS ejecuta la función en una instancia aislada, que se escala automáticamente en función de la demanda. Una vez que la función ha terminado de ejecutarse, la instancia se desarma. El usuario solo paga por el tiempo que la función se ejecuta, lo que puede ser una solución muy rentable para tareas de computación discretas y efímeras.