El control de acceso basado en identidad es un método para proteger los sistemas y recursos de una organización al permitir el acceso sólo a las personas autorizadas. Este método funciona a través de varios pasos:
1. Identificación: El usuario proporciona una identificación, como un nombre de usuario o una dirección de correo electrónico.
2. Autenticación: El usuario proporciona una contraseña o un token de autenticación, como una tarjeta inteligente o un código de acceso enviado a su teléfono móvil.
3. Autorización: El sistema verifica que el usuario tiene permiso para acceder a los recursos. Esto generalmente se hace verificando el rol del usuario y los permisos asociados con ese rol.
4. Control de acceso: El sistema permite o niega el acceso al recurso en función de la autorización.
Este proceso de control de acceso basado en identidad se utiliza en una amplia variedad de sistemas, desde aplicaciones y bases de datos hasta edificios y redes informáticas. Al permitir el acceso sólo a las personas autorizadas, se puede mantener la seguridad y la privacidad de los datos y recursos de la organización.