1. Validación de entrada de datos: Es fundamental validar la entrada de datos en las solicitudes HTTP, para asegurarse de que se ajusten a un formato específico, como un tipo de archivo específico o solo números, letras y caracteres especiales permitidos.
2. Filtro de entrada: Es necesario filtrar todas las solicitudes HTTP que llegan al servidor web para identificar aquellas con código malicioso, eliminarlo y bloquear la solicitud.
3. Autenticación de usuarios: La autenticación debe ser fuerte, de forma que solo usuarios autorizados puedan ingresar solicitudes y evitar que los malintencionados ejecuten malware.
4. Comprobación y actualización frecuente del software: Es aconsejable mantener actualizados todos los programas y aplicaciones utilizados en los servidores web, para corregir posibles fallos, y evitar que los cyberdelincuentes los aprovechen para inyectar código HTTP.
5. Utilizar mecanismos de defensa: Para fortalecer la seguridad del servidor web, se pueden utilizar herramientas de protección, como WAF (Web Application Firewall) y IDS (Intrusion Detection System), que se encargan de bloquear los ataques.
6. Formación y concienciación: Es importante formar y crear conciencia sobre los riesgos del uso inadecuado del sistema, la importancia de respetar las políticas de seguridad, y cómo actuar frente a ataques inesperados para evitar mayores daños.