Perfect Forward Secrecy (PFS) es un método criptográfico de protección de datos. PFS se basa en el uso de claves de sesión únicas y aleatorias que se generan para cada transacción nueva, en lugar de utilizar una sola clave para todas las transacciones. Si un atacante obtiene acceso a una de las claves de sesión, no podrá descifrar el tráfico de todas las sesiones previas ni futuras, ya que cada sesión tiene su propia clave.
PFS funciona mediante el uso de algoritmos de cifrado que emplean claves de sesión únicas y temporales. En este proceso, cada vez que dos dispositivos se comunican, la clave de sesión utilizada para cifrar los datos se genera y se intercambia de forma segura entre los dispositivos. Luego, esta clave es utilizada únicamente para cifrar los datos de ese canal de comunicación y luego es destruida.
La ventaja de PFS es que incluso si un atacante compromete una clave, solo tendrá acceso a los datos de esa transacción específica, no a los datos de todas las transacciones previas o futuras. Esto aumenta significativamente la seguridad de la comunicación.
PFS es utilizado en muchos protocolos criptográficos, incluyendo HTTPS, el protocolo de transporte de capa de seguridad (TLS) y el intercambio de claves de curva elíptica (ECDHE).