El protocolo DNS (Domain Name System) se gestiona a través de servidores DNS que se ocupan de traducir los nombres de dominio en direcciones IP y viceversa. El proceso es el siguiente:
1. El usuario introduce un nombre de dominio en su navegador.
2. El navegador envía una solicitud al servidor DNS local para obtener la dirección IP del dominio.
3. Si el servidor DNS local no tiene la información en caché, hace una petición a otros servidores DNS para obtener la información.
4. Si la información se encuentra en algún servidor DNS, este envía la dirección IP al servidor DNS local y este la guarda en caché para futuras consultas.
5. El servidor DNS local envía la dirección IP al navegador del usuario.
6. El navegador del usuario utiliza la dirección IP para conectarse al servidor web del dominio.
El protocolo DNS es esencial para la navegación en Internet y permite a los usuarios acceder a los sitios web utilizando nombres de dominio en lugar de tener que recordar las direcciones IP.