La complejidad computacional se refiere a la cantidad de recursos necesarios, como tiempo y memoria, que un algoritmo o programa requiere para ejecutarse. Es importante en los contratos inteligentes porque estos están diseñados para ejecutarse automáticamente sin la necesidad de supervisión humana adicional. Por lo tanto, es crucial que el código del contrato inteligente sea eficiente y tenga una complejidad computacional baja para evitar posibles cuellos de botella o retrasos en su ejecución. Además, una complejidad computacional alta puede aumentar los costos de ejecución del contrato inteligente, lo que puede ser una preocupación importante para los usuarios de la plataforma blockchain.