El hosting gestionado es un servicio en el cual el proveedor de hosting se encarga de administrar y mantener la infraestructura de la página web del cliente. Esto incluye tareas como la monitorización del servidor, las actualizaciones de software, la gestión de backups y la solución de cualquier problema técnico que surja.
Por otro lado, el hosting no gestionado, también conocido como self-managed hosting, requiere que el propietario de la página web administre y mantenga la infraestructura de su sitio web. Esto incluye la gestión del servidor, la configuración del software y la resolución de cualquier problema técnico que surja.
En resumen, la principal diferencia entre los dos tipos de hosting es que en el gestionado el proveedor se encarga de todo lo técnico, mientras que en el no gestionado el propietario tiene que hacerlo todo por sí mismo.